La Soberanía de Dios
Muchas personas encuentran muy difícil reconciliar la soberanía de Dios con el libre albedrío de los seres humanos. Esto no es algo sobre lo que debemos sentirnos confundidos.
La Soberanía de Dios Mensajes cristianos de Joyce Meyer
Muchas personas encuentran muy difícil reconciliar la soberanía de Dios con el libre albedrío de los seres humanos. Esto no es algo sobre lo que debemos sentirnos confundidos. Dicho de forma muy simple: somos socios de Dios.
Él obra en y a través de nosotros para ayudarnos a cumplir su voluntad. Cuando Dios encuentra a alguien que elige hacer su voluntad y le permite a Él obrar a través de su vida, esa persona se convierte en una luz en un mundo oscuro, o en un ejemplo de que la vida con Dios puede ser agradable. Dios puede usar a esa persona para animar a otros a elegir a Él y sus caminos.
Si no tenemos libertad de elección, somos meramente títeres, con Dios manejando los hilos. Nuestro amor por Dios no tiene significado a menos que se lo demos libremente.
He aquí lo que dice Andrew Murray acerca de la voluntad humana:
Que se haga su voluntad, no la mía
Cuando Jesús se encontraba sufriendo en el jardín de Getsemaní y dijo mientras oraba: «Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lucas 22:42), estaba claramente afirmando que Él tenía libre albedrío.